Hace años recibí invitación personal de la esposa del Gobernador de Chihuahua para exponer en el Museo de Antropología, bello edificio que albergaba un amplio muestrario de rosas del desierto, rocas y minerales de la región y un hermosísimo comedor art nouveau espectacular pues los muebles fueron tallados de tal manera que las raíces de los árboles quedaron no solo integradas a éllos, sino que se prolongaban perfectamente adheridas con un bello trabajo de ebanistería a los muros y techo del recinto en que se exhibían. Creo recordar que eran un legado de la familia Russek, donado al museo junto con el inmueble. Cuando visite la Sala de Exposiciones Temporales me encantó, era amplia, bien iluminada, y con clima artificial (el evento se realizó en Verano caluroso y húmedo) Montamos la obra sin el menor problema. Para impedir problemas de daño excesivo en el muro al colgarlas había decidido usar marcos ligeros fácilmente manejables, TAN MANEJABLES, que la mañana de la inauguración cuando revisaba que todo estuviese en órden ( las cédulas, los nombres y la lista de obras) éstas había sufrido cambios por lo que pinturas y marcos se habían torcido colgando separados del muro en toda su chuecura OCASIONADA por el clima artificial. La solución al problema fue muy drástica - ya que usé placas de fibracel para pintar- teniendo que clavar al muro cada cuadro, daño que yo había deseado evitar.
La inauguración se llevó a cabo con su correspondiente corte de listón, mensaje del Director del Museo, fotos, notas periodísticas y cooktail, nunca se mencionó el percance y el Museo generosamente reparó el daño, pero yo me quedé con la duda de si el hecho de no haber vendido una sola obra se debió a que la señora presidenta no compró la primera (como alguien me mencionó pasado el evento) o la gente pensó que tendría que clavar los cuadros al muro y no les gustó la idea.
Increíblemente, la obra regresó como se fué parecía que lo acontecido en la exposición había sido un mal sueño pero en verdad, solo tuve que reparar los hoyos dejados por los clavos en las esquinas de los marcos, únicos testigos de esta aventura y pasados los años reflexiono que al quedar empacados en grupos de tres y presionados en las rejillas de madera recibieron un tratamiento térmico que los volvió a su estado original. No he vuelto a tener noticias de éllos en 40 años. Están felizmente integrados a colecciones particulares y debo agregar que el artista debe realizar su obra en y sobre materiales que le garanticen durabilidad y certeza de permanencia.
La inauguración se llevó a cabo con su correspondiente corte de listón, mensaje del Director del Museo, fotos, notas periodísticas y cooktail, nunca se mencionó el percance y el Museo generosamente reparó el daño, pero yo me quedé con la duda de si el hecho de no haber vendido una sola obra se debió a que la señora presidenta no compró la primera (como alguien me mencionó pasado el evento) o la gente pensó que tendría que clavar los cuadros al muro y no les gustó la idea.
Increíblemente, la obra regresó como se fué parecía que lo acontecido en la exposición había sido un mal sueño pero en verdad, solo tuve que reparar los hoyos dejados por los clavos en las esquinas de los marcos, únicos testigos de esta aventura y pasados los años reflexiono que al quedar empacados en grupos de tres y presionados en las rejillas de madera recibieron un tratamiento térmico que los volvió a su estado original. No he vuelto a tener noticias de éllos en 40 años. Están felizmente integrados a colecciones particulares y debo agregar que el artista debe realizar su obra en y sobre materiales que le garanticen durabilidad y certeza de permanencia.